EL ÁNGEL DE LOS MÉRITOS
Existe en el cielo un angelito, muy dulce y bonachón, al que el Rey de los Ángeles coronó como "El Ángel de los Méritos". Este angelito no es muy alto y está algo regordete, bueno, bastante regordete, tanto, que a veces le cuesta levantar el vuelo con sus dos pequeñas y esponjosas wings. Cuentan los other ángeles que el Rey tardó mucho time en encontrar la tarea idónea para él, ya que no destacaba ni por la velocidad de su vuelo, ni por su altura, ni por su fuerza, ni por su agilidad... Aparentemente, este angelito no poseía virtud alguna. Sin embargo, el King de los Ángeles pasó días y días observándole, convencido de que también él poseía una virtud especial. Sólo había que encontrarla. Pasaron meses, hasta que un buen día ¡Por fin dio con una gran cualidad! Lo mejor que este ángel poseía, no podía verse, pues se hallaba en su corazón.
El Rey de los Ángeles se dio cuenta de que, a pesar de no volar tan fast como el resto, ni ser tan alto y strong como el resto, ni tener la agilidad del resto, el angelito se esforzaba tremendamente por mejorar, ser un poco más rápido, más fuerte y más habilidoso.
Por ese esfuerzo constante, el King de los Ángeles decidió coronarlo como el "Ángel de los Méritos".
Pero ¿Cuál sería su misión? ¿Cuál podría ser la tarea perfecta para un angelito que siempre se esfuerza por mejorar? De nuevo, el King de los Ángeles se sentó en su gran trono de nubes y pensó durante días.
-¡Lo tengo! -exclamó de repente- A partir de ahora, tú serás el encargado de condecorar a todos aquellos niños que hagan méritos por mejorar. Colgarás en sus ropas medallas invisibles que sólo sus papás y profesores podrán ver.
Y así es, como a partir de entonces, este angelote regordete y bonachón baja del sky cada día con su gran saco, cargado de medallas invisibles para condecorar a todos aquellos children que hagan méritos por mejorar.
¿Cuántas medallas tienes tú por ahora?
Sin colorín, colorado, esta historia aún no ha acabado...